YOU’LL NEVER KNOW DEATH AT 19

La hoguera se consumió hace tiempo. Las brasas que mi abuela preparaba para el picón han desaparecido y ya ni el cenizo olor que inundaba las mañanas en mi fria habitación me hacen recobrar el recuerdo de lo que es la calidez. Bajo a la planta donde está la mesa camilla con el deseado brasero. Demasiado tarde. Por supuesto, que esperabas? la pereza te hace perder todos los buenos momentos que siempre queremos rememorar, o que alguna vez has soñado.
Yo ya no moriré a los 19, un sueño me dijo que moriría este año y que he perdido? y que he dejado de hacer? y que podría haber hecho? No he vivido ni como he querido ni he vivido todo lo que querido vivir; claro que no estoy muerto aún, pero dudo que haya beneficio en todo esto.
Las terapias no me ayudan mucho pero me demuestran que hay contracorrientes que se abren paso entre la multitud y rompen algunas barreras de mi pétrea cabeza. Quizás sí..quizás si... pero no. Tal vez sí...tal vez si...pero tampoco. Y al final se queda todo en una entrada kamikaze del cual ni saco lectura ni me quita ese deseo de coger una piedra y lanzarla lejos, muy lejos, tan lejos que me permita pensar que en el lugar donde caiga ese objeto inerte puede tener una mejor vida que la de otros muchos vivos. Que iluso.