Una y otra vez

Que haya tenido una semana pasada bien intensa, de esas que te hacen recordar los buenos momentos durante varios dias posteriores, debería ser la excusa suficiente para afrontar la semana venidera por lo menos durante unas horas. Vuelvo al trabajo y 903 mails, "no pasa nada, el 40% es spam". "Hay algunas cosas que se podían haber hecho mejor" no pasa nada me repito. "No es el momento adecuado para hablar de todo esto" y me convenzo que todo sigue igual. Y suena esta canción en mitad de la refriega y marca otra fisura que rompe con el tiempo y el lugar.

Y ericko me entenderá, y temerá lo que ocurre, y hace bien porque es así. Porque nada ha cambiado. Porque continúo andando en sentido contrario. Desandando el camino con la esperanza de poder volver a caer en la misma piedra. En esa que me hizo tropezar, que me dejó herido pero que disfruté como el ser masoka que soy. Al fin y al cabo me gusta llorar. Me gusta estar anclado en el pasado. Me gusta revivir el pasado en blanco y negro, rascarme las cicatrices y adentrarme en sus historias.
Así, y de esta forma tan humillante, me someto a la canción y se desmoronan las paredes de la oficina, exhibiendo una costa casi infinita, el mar fundiéndose con el horizonte y yo, quieto, con los pies descalzos en la moqueta, siento el cosquilleo de la arena entre mis dedos. Vuelvo a sentir mi piel morena, y su mano en mi pelo, y mi pierna en su pierna, y mis dedos palpando la larga duna en su espalda mientras mis ojos chocan como olas contra las rocas de sus párpados que me impiden juntarme con su océano. Y muero de nuevo, mezclado entre papeles, llamadas de teléfonos, ordenadores y desaparezco entre los engranajes de la chirriante oficina.

Quédate con el cambio pero a mi no me jodas

*** The Sound of Arrows - Into the clouds ***

Puede ser bello, y puede no serlo. Es solo un dólar. El dinero que todo lo consume y que me pervierte. Agarro bien el vaso y doy un trago, mantengo el hielo en mis labios, apoyo mi cabeza en la viga de madera y me tranquilizo. No oigo, estoy embutido en una cápsula insonorizada y solo siento el creciente ritmo del palpito de mi corazón. Cojo el dólar y echo por tierra todo, sin excusas, por que sí, porque me siento mas cómodo actuando así, porque las decisiones bien pensadas pueden funcionar tan bien o tan mal como las decisiones no planeadas. Abro la puerta y me golpean los graves de la música pero no atino con la canción, me miro antes un momento en el espejo y sigue ahi, esa cara empapada en sudor, esos ojos con el perfilador sudado, esos pendientes y esa cara de asombro ante la circunstancia de no reconocerme, pero aliviado de saber que sigo cambiando, de alguna manera para bien o para mal. Bajo la escaleras y me paro en ellas. Veo a mis amigos, he vuelto, continuo en la fiesta.

Kaboom

Despiertas, y con el sudor agarrado aun en la frente te desplazas lo justo hasta el baño para refrescarte y desvanecer el sofoco. Enseguida, y casi sin percibir al oxigeno, te aferras al ordenador. Intentas descubrir alguna corriente de fresca brisa en el palomar, pero los tejados no dan tregua y el sol ahoga. Musica de fondo establece un ambiente soporifero y te enfrentas a un domingo de Agosto en Madrid. Lees, escribes, buscas, encuentras y te entretienes. Me entretengo, quiero pensar que encuentro, busco, escribo y hago como que leo. Encuentro la ligera brisa y MAGIC inunda la casa y me evado. Pienso en MUSIC GO MUSIC, en GOLDEN FILTER, en LE TIGRE y en THE SOUNDS. Me imagino elevandome en espiral, libre, en las noches que cubre el mar, la mar, y en luces lejanas a ritmo de la musica. Me imagino en la pista y me imagino contigo. Me insinuo en una vida paralela y disfruto de la magia en esta vida. Estas son las canciones que me hacen seguir adelante, las que asientan mis dias pasados y dan frescor a los venideros.