Alla vamos otra vez. Inevitable. Sin recuperarse uno de la anterior caida...parece que no hay escapatoria y estoy predestinado a arrastrarme y humillarme, ante cada uno de vosotros, con este blog para quienes lo conoceis, y con los patéticos actos para los que no. Y del patetismo al ridículo, al ridículo del payaso frustado al que se le corre el maquillaje con las caras desoladas y decepción de quienes lo rodean.
Pues no lo consigo. Quien me tiene me lanza lejos con la honda de David para clavarme entre ceja y ceja en las conformistas y grises ideas de las desavenencias de la vida. Quien no me tiene, ya me encargo yo de llamar la atención de acercarme lo suficiente y con el menor protocolo posible para romper esa máscara de primera impresion y enseñar lo peor de mí.
Al César lo que es del César.
Pues no lo consigo. Quien me tiene me lanza lejos con la honda de David para clavarme entre ceja y ceja en las conformistas y grises ideas de las desavenencias de la vida. Quien no me tiene, ya me encargo yo de llamar la atención de acercarme lo suficiente y con el menor protocolo posible para romper esa máscara de primera impresion y enseñar lo peor de mí.
Al César lo que es del César.
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